martes, 3 de mayo de 2011

CAPÍTULO II


 
AGRESORES Y VÍCTIMAS


DINÁMICA DEL FENÓMENO
En este capítulo profundizaremos en las relaciones y características generales de las personas que intervienen directamente en el Bullying: el agresor “Bully” y la víctima “Bullied”[1], e indirectamente del “Bystander”, que aunque no lo parezca, también sufre un cierto daño al atestiguar el problema.
Los estudios realizados acerca de la violencia escolar afirman que tener amigos y ser aceptados en grupos son factores protectores frente a dicho fenómeno.
El maltrato tiene su mayor intensidad y frecuencia en la etapa comprendida entre los 11 a 13 años. Se crea una conciencia colectiva en la que la víctima es cada vez menos estimada y valorada, lo que favorece que las agresiones aumenten en intensidad y cantidad.

Las características de cada uno de los integrantes de la dinámica del Bullying son muy importantes, tanto para saber reconocer una situación en nuestro círculo social como para poder explicarla a los demás y que ellos a su vez hagan lo mismo, y de esta manera podamos contrarrestar el fenómeno. También nos sirven para entender que el fenómeno muchas veces no empieza en la escuela, sino en el seno de la familia y no solo sale de allí, sino que tiene la capacidad de penetrar en otras familias y hacer rupturas irreparables. Hacer conciencia en la población es de suma importancia: nadie se ve libre de esta situación, a cualquiera de puede (o le pudo) pasar.

Las escuelas que permiten y favorecen que los alumnos comuniquen sus dificultades y en las que éstos se sientan escuchados serán capaces de prevenir e intervenir cuando empiecen estos hostigamientos.

AGRESOR “BULLY”
Características psicológicas & sociales. Entorno familiar.

En el agresor no precisamente debe existir un padecimiento mental congénito o trastorno de personalidad aunque si llega a presentar algún tipo de psicopatología[2]. Su característica principal es la ausencia de empatía y algún tipo de distorsión cognitiva[3]. La carencia de empatía explica su incapacidad para ponerse en el lugar del acosado y ser insensible al sufrimiento de éste.
Las distorsiones cognitivas, en el agresor, tienen que ver con el hecho de que su interpretación de la realidad suele eludir la evidencia de los hechos y deja sus responsabilidades a otras personas.
Carecen de capacidad autocrítica, lo que deriva en una autoestima media e inclusive alta.

Entorno social:
v  Escuela: encontramos que sufre un cierto rechazo por parte de sus compañeros, aunque éstos últimos deberán estar menos aislados que la víctima, dado que cuentan con amigos que apoyan sus conductas.
v  Familia: Ausencia de una relación afectiva cálida y segura por parte de los padres, sobre todo de la madre. Tienen dificultad para enseñarle a respetar límites y combinan la tolerancia excesiva ante conductas antisociales con el empleo de métodos represivos e inhibitorios.[4]
Tienden a la violencia y al abuso de fuerza, presentan relaciones difíciles con los adultos y algunos llegan a presentar bajo rendimiento[5]. A veces llegan a formar grupos de agresores, con las mismas características que ellos.
Podríamos dividir a los agresores en:
v  Activos: Los que inicial y dirigen la agresión.
v  Pasivos: Los que siguen, animan y presentan problemas similares, aunque en menor grado.
Sus frustraciones quizá le lleven a elegir a aquel compañero que le haga patentes sus limitaciones y carencias, o que, simplemente, le parezca vulnerable.


VÍCTIMA “BULLIED”
Conducta. Situación social.

Los tipos de víctima son dos, conjuntamente presentan una situación social de aislamiento e impopularidad general, se sienten angustiados, tensos, con mucho miedo.  A continuación se encuentran sus características específicas:
v  Activa: Tendencia impulsiva a actuar sin elegir la conducta más adecuada para cada situación. Disponibilidad a emplear conductas irritantes, agresivas y provocadoras. Por lo regular tienen un rendimiento escolar peor que el de las víctimas pasivas; a veces la víctima activa llega a ocupar el puesto de los agresores pasivos.                                                                 
Parece haber tenido un trato familiar hostil, abusivo o represivo.
v  Pasiva: Presenta dificultad de comunicación, su conducta es, como su clasificación lo indica, pasiva; miedo ante la violencia y clara manifestación de vulnerabilidad. Altos grados de inseguridad, ansiedad y baja autoestima. Tiende a culpabilizarse de su situación y, por vergüenza, utiliza la negación para huir de ello. Posible sobre-protección por parte de la familia.


ANTECEDENTES
COMPORTAMIENTO
AGRESOR “BULLY”
♦ Distorsión cognitiva.
♦ Carencia de empatía y capacidad autocrítica.
♦ Ausencia de relación afectiva en el hogar.
♦ Tener poder y liderazgo.
♦ Prepotencia.
♦Agresividad, violencia.
♦ Ausencia de valores.
VÍCTIMA “BULLIED”
♦ Baja autoestima.
♦ Infancia hostil.
♦ Sobreprotección.
♦ Falta de confianza  & comunicación.
♦ Se siente solo.
♦ Ansiedad, depresión.
♦ No quiere ir a la escuela.
♦ Tímidos/insociables.








COMPORTAMIENTO DEL QUE ATESTIGUA EL PROBLEMA

El menor que es observador de acoso escolar generalmente suele callar los hechos y no comentarlos por temor a posibles represalias de los agresores, es fundamental hacer ver al menor observador que su denuncia de los hechos es fundamental, ya que al hacer esta denuncia propiciará que los actos de acoso cesen.
Los padres deben hacer ver al menor que es justo ayudar al menor que está siendo víctima; la participación de observador que denuncia es muy importante, es por eso que se le incluye en la dinámica del fenómeno.

¿CÓMO DETECTAR BULLYING?

Comportamiento del menor víctima:

v  Cambios de conducta en el estado de ánimo del menor.
v  Se muestra asustadizo, absorto en sus pensamientos, olvidadizo, etc.
v  Finge enfermedades para ausentarse del colegio.
v  Presenta heridas o moretones.
v  Falta al colegio y da explicaciones poco convincentes.
v  No tiene amigos para su tiempo libre.

Comportamiento del menor agresor:

v  Se muestra agresivo con los miembros de la familia.
v  Es reservado y casi inaccesible al trato personal.
v  Tiene objetos que no son suyos y que no sabe explicar y justificar de dónde proceden.
v  Cuenta mentiras para justificar su conducta.
v  Dice mentiras sobre ciertas personas, llegando incluso a dañarlas o perjudicarlas.
v  Los padres de la víctima o de otros menores han mencionado que dicho menor ha agredido a otros.
v  Si otros compañeros del menor agresor se mantienen silenciosos, incluso en la presencia del agresor.

A lo largo de éste capítulo se vio que no solo influye el entorno familiar sino también el social, cómo es el trato escolar etc. Aunque los dos están estrechamente relacionados. También, y es algo que nos llamó mucho la atención, como antecedente en los dos casos (agresor/víctima), se encuentra la represión y proviene generalmente de la familia.
De aquí concluimos que tanto el agresor como la víctima necesitan ayuda psicológica pero también y con mucha más razón necesitan apoyo familiar. Anteriormente también se mencionó que el problema del agresor y la víctima, es un problema familiar puesto que, mientras que la familia de la víctima tiene un hijo con un trauma severo después de lo que padeció, la familia del agresor tiene (en la mayoría de los casos que son detectados) un hijo con una demanda.


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